¿Alguna vez te ha sucedido que deseas decir algo a una persona, pero quizá no encuentras las palabras apropiadas o simplemente no hay la suficiente confianza para expresar eso que tanto te da vueltas en la cabeza por decirle?...
Hay maneras de hacerlo sin que esa persona se sienta mal, dado el caso de que lo que quieras hablarle no sea tan positivo.
Siempre he dicho que podemos decir lo queramos a alguien, si lo hacemos con sutileza y de una forma meditativa ¿Qué quiero decir con esto?...
Simple: "Si está bien pensado, estará bien expresado", así es. Antes de acercarte a esa persona, medita una y otra vez en lo que quieres decir, cómo se lo vas a decir y qué efecto o consecuencia crees que causarán en ella o él, tus palabras. Hay quienes dicen "No hay que pensar mucho, dilo de una vez"... pero no es así, realmente sí es necesario conectar tus pensamientos con tus palabras, para que al momento de que sean dichas, el resultado sea realmente asertivo.
¿Cómo lograrlo? Fácil: poniéndonos en el lugar de la otra persona. Piensa por un momento, si fueses tú quien tiene que recibir eso de lo cual tienen que hablarte y quizá no es lo más bonito que tengas que escuchar, ¿Cómo te gustaría que te lo dijeran?... ¿A gritos? ¿De una forma tosca y encarada? o ¿De una manera grosera y petulante?... La respuesta sería: "No". Porque a ninguno nos gusta que nos traten así, más aún si es para decirnos algo negativo. Entonces, el secreto primordial para saber cómo hacerlo, es: "tal cual como a ti te gustaría que te lo dijeran".
Entonces, llegamos a la conclusión de que podemos decir a alguien lo más negativo y difícil de expresar, sin que se sienta ofendido o agobiado por tal conversación.
El tacto y la forma en que se lo digamos es lo que hará la diferencia, y queda la gran satisfacción de que pudimos ayudar diciéndole lo que tal vez nadie se atrevería. Ésa persona nos lo agradecerá toda su vida, porque quizás logramos hacer un cambio en ella sólo por algo que era necesario decir a tiempo, y sin prejuicios, pero con el cariño y la buena vibra que nos gustaría a nosotros, si estuviésemos en su lugar.
Así que recuérdalo siempre: "Si está bien pensado, estará bien expresado".
¡Adelante con eso!
Alicia Triviño
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